Real enigma que los estudiosos aún no han logrado desentrañar
En el corazón del Supramonte, el poblado nurágico de Tiscali se esconde dentro de una cueva creada por el hundimiento tectónico de la montaña del mismo nombre, en el municipio de Oliena y Dorgali.
Es aquí donde se construyó la Villa a finales de la época nurágica (siglo IV a. C.). El espectáculo que se presenta al visitante es de gran belleza: dos aglomeraciones de cabañas de diferente disposición que suman alrededor de 70 cabañas. En la primera aglomeración las cabañas, de forma circular, probablemente se levantaban sobre terrazas artificiales. El segundo poblado tiene estructuras de planta rectangular o cuadrangular, probablemente con la función de almacenes de víveres y refugio de animales.
En la ladera de la montaña se abre una gran cavidad que servía de acceso y ventilación al poblado nurágico y que permanece oculta a la vista del visitante hasta llegar a su interior.
La Villa de Tiscali representa un misterio precisamente por ser un lugar atípico por cualquier ubicación y por la técnica constructiva que la diferencia de las demás villas nurágicas.
Su microclima, el ambiente de la cueva, los coloridos colores de la piedra caliza hacen que este lugar sea único e inolvidable.
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